Después de trabajar 32 años en una empresa tecnológica, no me queda otra que aplicar la regla del martillo de oro, y, aunque no pienso que todos los problemas se pueden solucionar con tecnología, si que creo que la tecnología, para la tercera edad, puede ayudar a suavizar algunos de los problemas.
Aun así, aun con el conocimiento de que la resistencia de la tercera edad a la tecnología es alta, y que la de los mas maduros tampoco es demasiado baja, creo que la tecnología puede y debe ayudar a facilitarnos nuestro día a día con las limitaciones que nos imponen las dependencias.