El uso del término «personas con diversidad funcional» se ha extendido considerablemente en España. En los medios de comunicación y ámbitos académicos aparece con frecuencia, como si fuera la forma políticamente correcta para referirse a las personas con discapacidad. Pero, ¿en qué medida está sustituyendo al término discapacidad?, ¿está siendo utilizado en inglés y otros idiomas?, ¿es la única alternativa en español o existe alguna otra?, ¿se usa en el resto de países con los que compartimos idioma?, ¿qué nivel de aceptación tiene en el propio sector de la discapacidad?
La pandemia del Covid-19 ha alterado nuestra vida como nadie en el mundo ha podido experimentar desde hace más de 100 años. Nos hemos visto obligados a confinarnos en nuestras casas y la mayoría de la población sólo ha podido salir para comprar alimentos, medicamentos y poco más. Hemos tenido que tomar una serie de medidas higiénicas de prevención para evitar contagiarnos y propagar la epidemia. Las normas eran sencillas y relativamente fáciles de seguir. Pero una parte de la población ha tenido más dificultades en este confinamiento para poder autoprotegerse y tener un confinamiento similar al de la población general: las personas con diversidad funcional (personas con discapacidad).
La laringectomía total supone que la persona intervenida no podrá hablar tal como lo hacía con anterioridad. Podrá recuperar un habla, con mayor o menor calidad, dependiendo de su estado tras la operación y de la rehabilitación de la comunicación que finalmente sea posible y elija, aquella que mejor se adapte a sus necesidades y características. Pero lo importante es que después de este proceso podrá comunicarse, de una u otra forma, y en el mejor de los escenarios podrá tener un habla que se perciba bastante natural, con una diferencia poco llamativa respecto al habla de una persona que no haya sufrido la operación.